Los andrógenos son un grupo de hormonas que juegan un papel clave en los rasgos masculinos. Específicamente, los andrógenos son el principal regulador de los folículos del cabello humano, transformando los pequeños folículos del vello que producen pelos diminutos y virtualmente invisibles en folículos intermedios y terminales más grandes, que, a su vez, producen pelos pigmentados de mayor tamaño (Randall y colaboradores. Dermatologic Therapy, 2008).
Los andrógenos actúan dentro del folículo para alterar las interacciones celulares mesénquima-epiteliales, cambiando la duración del crecimiento del cabello, el tamaño de la papila dérmica y la actividad de las células de la papila dérmica, además de influir sobre los queratinocitos y los melanocitos. En este sentido, algunos autores han demostrado que los andrógenos desencadenan diferentes respuestas de crecimiento en folículos pilosos humanos genéticamente idénticos en cultivos de órganos, lo cuál refleja su diversidad epigenética (Miranda y colaboradores. FASEB J. 2018).
Tanto la testosterona como la DHT pertenecen a la familia de los andrógenos y son necesarias para el desarrollo sexual masculino, la maduración, la pubertad, el deseo sexual y el crecimiento del cabello.
Sin embargo, se sabe que el aumento de los niveles de DHT causa efectos negativos en los hombres, principalmente pérdida de cabello y agrandamiento de la próstata. Específicamente, la conversión de testosterona en DHT se ha relacionado como una de las causas principales de la alopecia masculina (Vary. The Medical Clinics of North America. 2015)
Las prostaglandinas son una clase de hormonas con efecto directo en funciones corporales como la activación de la respuesta inflamatoria, causan constricción o dilatación del tejido vascular, causan agregación o desagregación de las plaquetas, regulan el movimiento de calcio, controlan la regulación hormonal y controlan el crecimiento celular.Así mismo, también se ha descrito que las prostaglandinas juegan un papel clave en la caída del cabello a través de la interacción con los receptores y reguladores capilares (Ashley Nieves, BA and Luis A. Garza. Exp Dermatol. 2014). Además, algunos de estos genes se han encontrado directamente relacionados con el metabolismo de algunos de los tratamientos más efectivos utilizados hoy en día como el Minoxidil (Choi. Int. J. Mol. Sci. 2018).
El bulto en la base de la raíz del cabello se llama bulbo piloso, que está formado por una capa de células basales llamada matriz capilar. La matriz capilar contiene las células que se dividen rápidamente para formar el cabello (Erdoğa y colaboradores. InTech, 2017). El bulbo piloso rodea la papila pilosa (formada por tejido conectivo, capilares sanguíneos y terminaciones nerviosas). Por lo tanto, la matriz es la parte del folículo piloso donde proliferan los queratinocitos para formar el tallo del cabello en crecimiento (Martel y colaboradores StatPearls Publishing, 2019).
Además de producir cabello, otro papel central de la matriz del cabello es permitir que el cabello “se levante” o se mantenga erguido, sirviendo como un ancla para el tallo del cabello. A nivel molecular, la progenie de células madre migran a la base del folículo, donde rodean la papila dérmica, formando la matriz capilar (Taylor y colaboradores. Cell, 2000). En respuesta a las señales de la papila dérmica, las células de la matriz proliferan y comienzan el proceso de diferenciación terminal, moviéndose hacia arriba en el folículo, formando el tallo del cabello y la vaina de la raíz interna, induciendo morfogénesis y renovación de los folículos pilosos a partir de células madre multipotentes adultas (Oshima y colaboradores. Cell, 2001).
Así mismo, problemas en la matriz extracelular implican problemas de soporte y crecimiento relacionados con el ciclo de vida del folículo capilar. Además, la matriz favorece un correcto desarrollo capilar en las primeras etapas de vida del folículo, por lo que juega un papel esencial en el desarrollo capilar. Por otra parte, los queratinocitos poseen varias funciones involucradas en el crecimiento capilar. La función principal de los queratinocitos es la formación de una barrera contra el daño ambiental por calor, radiación UV, pérdida de agua, bacterias patógenas, hongos, parásitos y virus. Así mismo, los queratinocitos capilares sirven de anclaje para el resto de células capilares, favoreciendo un correcto crecimiento capilar.
La regeneración del folículo piloso se basa en la activación cíclica de las células madre (Alonso y Fuchs. Cell Sci. 2006). En el folículo piloso humano, estas células madre se albergan dentro de dos reservorios distintos (Commo y sus colaboradores. Differentiation 2000), uno de ellos bañándose en un ambiente hipóxico (baja concentración de oxígeno) (Rathman-Josserand y sus colaboradores. Journal Invest. Dermatol. 2013), ambiente típico en el que se suelen mantener las células madre para evitar así su desdiferenciación.
Las células madre del folículo se activan en la transición de telógeno a anágeno para iniciar una nueva ronda de crecimiento del cabello, por ende, un buen mantenimiento y regeneración de las células madre del folículo piloso son un requerimiento indispensable para una buena salud capilar.
La papila dérmica son grupos de células dérmicas que juegan un papel esencial en el mantenimiento y crecimiento de la raíz capilar, ya que transportan el alimento y el oxígeno necesario para el crecimiento del pelo (Matsuzaki y colaboradores. Wound Repair Regen, 1998). Localizada en la base del bulbo piloso, la papila reúne numerosos vasos sanguíneos llenos de nutrientes. Durante el desarrollo del folículo piloso, se programan varios flujos de células para diferenciarse de la población celular del bulbo del folículo (Powell y colaboradores. The Company of Biologists, 1992).
Las células epiteliales se diferencian en varias capas celulares distintas del folículo durante la fase de crecimiento (anágena) del ciclo del cabello. Las actividades principales en el folículo piloso anágeno para producir el cabello implican la proliferación de las células epiteliales germinativas en la región del bulbo, la determinación de linajes celulares para todas las capas del folículo y la diferenciación terminal (queratinización) (Rogers y colaboradores. International Journal of Developmental Biology, 2004). Por ende, el folículo piloso es la parte de la piel que da crecimiento al cabello ya que concentra las células madre.
Por ello, resulta evidente que una alteración del crecimiento celular en el folículo piloso es fatal para el desarrollo capilar, tanto anomalías de crecimiento elevadas como reducidas.
La porción viva del cabello que se encuentra debajo de la piel del cuero cabelludo, donde aloja su raíz dentro de su folículo recibe sus nutrientes de la sangre. Por lo tanto, un buen suministro de nutrientes esenciales es vital y necesario para el crecimiento del cabello. De hecho, la deficiencia nutricional es una causa común de caída del cabello (Goldberg y sus colaboradores. Clin. Dermatol. 2010).
Además, la vascularización del folículo piloso parece estar estrechamente relacionada con los procesos implicados en la regulación del ciclo del cabello, en los que intervienen factores de crecimiento, citoquinas y otras moléculas bioactivas (Kozlowskay sus colaboradores. Arch. Dermatol. Res. 1998).
La progenie de células madre migran a la base del folículo, donde rodean la papila dérmica, formando la matriz capilar (Taylor y colaboradores. Cell, 2000). En respuesta a las señales de la papila dérmica, las células de la matriz proliferan y comienzan el proceso de diferenciación terminal, moviéndose hacia arriba en el folículo, formando el tallo del cabello y la vaina de la raíz interna, induciendo morfogénesis y renovación de los folículos pilosos a partir de células madre multipotentes adultas (Oshima y colaboradores. Cell, 2001).
El maestro regulador de este proceso es MYC (Fults y colaboradores. Neoplasia, 2002). Además, MYC también controla la autorrenovación de las células madre (Chappell J y colaboradores. Perspect. Med. 2013).
Las especies reactivas de oxígeno, también llamados radicales libres, son moléculas altamente reactivas que pueden dañar directamente los lípidos, las proteínas y el ADN. Son generados por multitud de procesos endógenos (de la propia célula) y ambientales, mientras que el cuerpo posee mecanismos de defensa endógenos para controlarlos (Le Floc’h y sus colaboradores, 2015).
El estrés oxidativo es causado por la incapacidad del cuerpo para contrarrestar las fuentes de oxidación endógenas y exógenas, y prevalece en muchas afecciones de la piel, incluida la caída del cabello. En el cuero cabelludo, el estrés oxidativo se ha relacionado fuertemente con la pérdida prematura del cabello (CUBN gene & protein, 2021).
El papel inflamatorio en la patogenia de la caída del cabello está respaldado por hallazgos clínicos, histológicos y de secuenciación (Peyravian y sus colaboradores, 2020). La infiltración perifolicular de células inflamatorias como linfocitos, histiocitos y mastocitos se exhibe en muestras de biopsia de pacientes con pérdida de cabello de patrón masculino y femenino (Ho y sus colaboradores, 2021).