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Tu Código Genético no es lo importante

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“Eres lo que haces, no lo que dices que vas a hacer” – Carl Gustav Jung

La aparición de nuevas tecnologías, acompañada de nuevos avances en el campo de la genética, han abierto un mundo de posibilidades de análisis de todo tipo de problemas que poseen una fuerte base genética. No obstante, tanto el cabello como la piel no son especialmente sencillos de analizar como pueden ser otras partes del cuerpo, ya que en su funcionamiento intervienen multitud de factores que están interconectados, autorregulándose entre sí, y por tanto, la presencia o ausencia de un gen específico no determina en definitiva la caída o no del cabello, así como el desarrollo de los diversos problemas de la piel como es el envejecimiento, la aparición de manchas o la falta de brillo y vitalidad, entre muchas otras.


Pero… ¿Qué es la genética?

La genética se define como el estudio de los genes, los cuáles, son las unidades esenciales de información que utilizan las células. Es decir, son las instrucciones que siguen las células para sintetizar cualquier proteína de tu cuerpo y guiar cada actividad molecular que ocurre en tu interior. Los genes, y mas concretamente tus genes, son los que determinan tus rasgos físicos, emocionales e intelectuales, y, en definitiva, son los que te hacen único/única. No obstante, por esa misma razón, los genes también son los responsables de una gran multitud de problemas como la pérdida capilar, el daño estructural de la piel o el envejecimiento, y dado que no se pueden cambiar, ya que vienen determinados por tus padres y abuelos, tanto la pérdida capilar como los problemas de tu piel siguen siendo problemas sin una solución concreta y eficaz.

Más allá de la genética… La epigenética

No obstante, a pesar de lo problemática que puede resultar la genética, en los últimos años ha aparecido una tendencia revolucionaria en el campo de la regulación genética, la epigenética, la cuál puede convertirse en la gran esperanza de las personas con todo tipo de alopecias.

Explicado de forma simple, la epigenética, cuya palabra significa “por encima de la genética”, es la que determina cómo va a actuar un gen, es decir, si se expresará más, menos o nada, lo que en última instancia es lo que provocará una buena o mala respuesta del organismo. Esto significa, que tener un “gen bueno” o un “gen malo” no es determinante, ya que un “gen malo” puede ser mejor que un “gen bueno” si se le aplican los estímulos apropiados. En definitiva, la epigenética pone nuestro destino en nuestras manos, no en el de los genes. 

Por ejemplo, la epigenética es capaz de explicar porqué incluso con exactamente los mismos genes, un gemelo idéntico puede desarrollar una enfermedad específica y su gemelo idéntico no, o porque teniendo el mismo gen que induce una enfermedad, por poner otro ejemplo, un individuo la desarrollará y otro no.

Una de las múltiples ventajas de la epigenética sobre la genética es que es un proceso muy dinámico, en el que se puede influir, lo que significa que, a diferencia de la genética, donde no podemos hacer nada, la epigenética nos da el poder de gobernar nuestros genes, lo que pone en nuestras manos el poder de cambiar lo que no está funcionando correctamente, como por ejemplo, nos permite entender qué pasa con la pérdida capilar a nivel celular y molecular, y por ende, nos posibilita cambiar el curso de esta afección. Además, la epigenética nos permite entender lo que sucede en cada persona a nivel individual, lo que nos permite realizar un diagnóstico de la alopecia específico y personal, entendiendo las causas de la pérdida capilar sean del origen que sean, entender que tipo de alopecia está sufriendo cada persona, sea cual sea, y de esta manera, ayudarle a escoger su tratamiento ideal.

¿Y si aún hubiese una manera mejor?

Tanto la genética como la epigenética han demostrado ser herramientas muy útiles para el análisis de la piel, e incluso más aún para el análisis de problemas capilares, ofreciendo diferentes aproximaciones de lo que está ocurriendo a nivel celular y molecular. 

Esto se debe a que aunque la epigenética es más dinámica e influenciable, es insuficiente para realizar un análisis completo de expresión génica, pues, aunque es la principal, no es la única forma de regulación génica que existe, ya que también existen proteínas de unión reguladoras, como los factores de transcripción, enzimas que degradan ácidos nucleicos, enzimas que modulan las polimerasas, y otras formas de regular que un gen se exprese o no, que es en definitiva el que hace la función. Por ende, para poder realizar un análisis completo, se deben tener en cuenta todos estos factores y ser capaz de analizar en última estancia, que es lo que está ocurriendo específicamente dentro de cada célula de cada persona.

Cómo lo hacemos

Para ello, nuestro enfoque es diferente a todo lo que se ha hecho hasta ahora, nuestro enfoque se basa en el análisis del proceso posterior a todas estas formas de regulación, el análisis de la expresión génica total, que proviene de la genética de cada persona, y es la consecuencia de todos los procesos de regulación génica que se han explicado anteriormente, como la epigenética, los factores de transcripción y otros factores reguladores. Analizando la expresión génica de ciertos genes concretos y de forma muy específica, podemos conocer como estos se regulan entre sí, y ser capaces de entender lo que ocurre en última instancia en cada persona a nivel celular y molecular.

En cuanto a la expresión génica, existen muchos estudios que han demostrado que caracterizar la expresión génica, ya sea en las células epiteliales de la piel o en los folículos pilosos, es clave para dilucidar el ciclo de crecimiento celular, al delinear los genes y las vías involucradas en el crecimiento y la degeneración folicular y de la piel.

¿Ahora o nunca?

La realidad es que la vida es dinámica, cambiante, y así son tus células, continuamente cambiando y adaptándose a su entorno. Esto significa que la expresión de tus genes también cambia, ya que es lo que le permite a tus células adaptarse al cambio. Como todo en la vida, suele ser mejor empezar cuanto antes, pero no por empezar después significa que vas a obtener resultados peores. Lo importante es conocer el problema para poder solucionarlo, y eso es lo que hacemos en DNAmic, utilizamos las últimas tecnologías para entender que es lo que te ocurre en cada una de tus células, en cada gen de interés, y así, poder darte toda la información para que puedas decidir por ti mismo/misma. En DNAmic trabajamos para poner tu destino en tus manos.

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